sábado, febrero 26, 2005

Entre alucinaciones y delirios

Un trimestre atrás, la Sra. Vanderhorst, Psicoterapeuta y profesora, había decidido que hiciéramos una visita al tan mencionado Hospital Psiquiátrico Padre Billini, comúnmente llamado “manicomio” o “el 28”. Estaba muy emocionada, pues es un lugar que no conocía que está estrechamente relacionado a mi carrera y había escuchado tanto mencionar.

Al dia siguiente nos dirigimos temprano al lugar y aunque es un hospital publico, todo sabemos lo que eso significa, no pensé que seria tan “publico”. Para empezar puedo decir que no podía creer que ese lugar, que parecía el escenario perfecto para una película de terror, fuese donde estuvieran los enfermos mentales, no se porque me sorprendí tanto, pero me sorprendí. Cuando nos dirigimos al estacionamiento, había una gran puerta negra de hierro y quien se hacia llamar el portero parecía mas bien uno de los enfermos del sitio, el parqueo, bastante amplio, tenia árboles enormes y el suelo forrado por grandes hojas secas, entre todo aquello solo estaba nuestro vehículo y nosotros.

Empezamos a caminar, y al cabo de 3 minutos se nos acerco una señora, de baja estatura, y alto peso corporal, de piel oscura y aspecto... un poco extraño, nos pregunto que quienes éramos, aunque no tenia identificación ni atuendo de ello, era una enfermera, nos orientó hacia donde deberíamos ir, cuando tomamos nuestro camino correcto, vi muchas personas, todas enfermos mentales, según nos explicaba eran personas inofensivas y que la mayoría tenían largo tiempo (mas de 10 años) allí, son persona que hasta el dia se su muerte estarán allí, porque sus familiares no los quieren cuidar por el estado mental en que están. Sentí un poco de pena por ellos, pero luego me di cuenta que ni idea tienen de donde están ni de lo que están viviendo, están totalmente aislados de la realidad.

Seria muy extenso el relato si me pongo a contar con detalles todo lo que vi y viví allí, es increíble las cosas que se ven, desde una mujer siendo analizada para su diagnostico haciendo una escena de alucinaciones y delirios como si estuviera en una guerra; las quejas de dolor de una mujer por un clavo, producto de alucinaciones, que tenia en su frente; hasta las explicaciones ilógicas de varias de ellas de porque no deberían de estar allí y de los métodos de convencimiento para que las lleváramos con nosotros, entre otras mas, que mejor las reservo para después.

Me llamo la atención que ellos tienen el lugar muy bien distribuido, primero están divididos en pabellones de hombres y pabellones de mujeres, y luego cada uno a su vez en graves, intermedios y leves, este ultimo son los que internan por pocos días, y los graves, son los que ya estarán en ese estado de por vida, como los que mencione arriba, aunque no todos están fuera de sus habitaciones, algunos son muy agresivos para ello.

Esa mañana me puse a pensar, ¿que es mejor?, ¿vivir en la total realidad, escuchando y viviendo las cosas indeseables de la vida diaria? o ¿vivir en un mundo creado por tu mente, totalmente de alucinaciones y delirios, los cuales mayormente son agobiantes?. Pensándolo bien, mejor debería preguntarme ¿que será peor?